martes, 29 de mayo de 2012

Cambio climático: ¿Verdad o fraude? T.6 E.1

La Tierra es nuestro bien más preciado. De todos nosotros depende su conservación y su mantenimiento, por lo que es nuestro deber preservar las condiciones de vida para las próximas generaciones. 

En los últimos años, se ha dado a conocer la teoría del cambio climático antropogénico, que se basa en que las emisiones de gases como el CO2, que los seres humanos emitimos debido a la actividad humana, están alterando el funcionamiento del efecto invernadero, lo que está provocando profundos cambios negativos en la superficie de la Tierra. 



Los argumentos que esgrimen los científicos a favor de que existe el cambio climático antropogénico son variados, aunque se basan en una conciencia global y en un compromiso adquirido para con el planeta. Estos científicos muestran que las temperaturas están en un claro ascenso debido a la alteración del proceso del efecto invernadero, mediante el cual la atmósfera retiene parte del calor que le llega del Sol. Este efecto, se está viendo claramente potenciado por las elevadas emisiones que se están emitiendo de ciertos gases, principalmente el CO2. Este aumento de temperatura está provocando inundaciones, deforestación, que los glaciares se derritan, grandes sequías, fuertes tormentas, aumento del nivel del mar, escasez de agua dulce potable, cambios bruscos de temperatura...



Para eso se basan en la idea de que la atmósfera es la parte más vulnerable de la Tierra. Para ello el famoso científico Carl Sagan realizaba la siguiente comparación: si aplicáramos una capa de barniz a una gran esfera, el grosor de esa capa de barniz sería equivalente a la extensión de la atmósfera de la Tierra. 

Por ello, todos los cambios relativamente grandes en la emisión de gases modifican las condiciones de la atmósfera. Y es que la atmósfera es la clave de la vida, porque permite el intercambio gaseoso de los seres vivos, que las radiaciones que nos llegan del espacio no nos afecten, y la permanencia de un ecosistema que permita la vida en la Tierra.



Según esta teoría, estas emisiones de CO2 son provocadas por la actividad humana, principalmente por la quema de bosques, por las plantas industriales, por los medios de transporte... por lo que numerosos grupos ecologistas y diversas organizaciones demandan que los gobiernos y la sociedad en general tome medidas para frenar las emisiones de CO2 por parte de la actividad humana.

Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta teoría. Un grupo de científicos relativamente numeroso, no acepta que los seres humanos somos los causantes del cambio climático, sino que sostienen que éste es un fenómeno cíclico, en el que el ser humano no tiene capacidad para intervenir, ya que las cantidades que vierten a la atmósfera son insignificantes. 



No obstante, opino que las pruebas presentadas por los defensores de esta teoría son parciales y presentan un interés excesivo en demostrar que los seres humanos no somos culpables de nada. Por ello, este grupo pretende, en mi opinión, liberarse del juicio moral que supondría aceptar que estamos dañando la naturaleza y pudiendo hacer algo para evitarlo, no lo hacemos.

Este grupo argumenta que ya se han producido otros periodos de altas emisiones de CO2 en la historia de la Tierra, y el ser humano no ha tenido nada que ver, y aportan un ejemplo: en la Edad Media hubo un tiempo en el que las temperaturas aumentaron ligeramente, como parte de esas fluctuaciones cíclicas, llamado Periodo Medieval Cálido. Sin embargo, los datos han demostrado que el aumento de las temperaturas fue muy leve en comparación con el que sucede en la actualidad. 

Otra prueba presentada por estos científicos habla de la relación entre el Sol y la temperatura terrestre. Según esta teoría, la temperatura de la Tierra depende de las manchas solares que existan (a más manchas solares, menos nubes y más temperatura). Sin embargo, esta teoría no tiene en cuenta el CO2 emitido en exceso, ya que aunque la producción de manchas solares bajase, la proporción de rayos solares atrapados en la atmósfera es demasiado grande. En conclusión: en circunstancias normales el Sol influye mucho en la temperatura terrestre, pero el efecto invernadero desequilibra esta relación.



Otras razones que presentan los llamados "anti-ecologistas" para rechazar el cambio climático antropogénico son:

- Que los países desarrollados queremos impedir el desarrollo de los países pobres (algo poco inteligente, teniendo en cuenta que, según cálculos de la Agencia Internacional de Energía, a los países desarrollados les costará renovar sus políticas de emisiones la cifra de 45.000 millones de dolares de aquí a 30 años).

- Que el cambio climático se ha convertido en un negocio del que viven multitud de personas, y que solo se defiende para no destruir riqueza (lo que nos remite al enorme gasto de dinero que supondría ajustarse a políticas ecologistas, por lo que el dinero no es la explicación).

- Uno de los puntos principales de la teoría anti-ecologista es que los niveles de CO2 aumentan ahora por algo que pasó hace unos 800 años, según una teoría propia; por lo que la sociedad actual no tiene la culpa (lo que nos remite a la negación de la realidad para evitar un juicio moral).

Algo que me llama mucho la atención sobre este tema es lo que yo llamo "el baile de cifras". Las cifras consultadas por ambos grupos de científicos son muy distintas, y (qué casualidad) todos los datos son favorables a la teoría del que los presenta. Un caso especialmente llamativo es el de las emisiones de CO2: en algunos medios se dice que los seres humanos "sólo" producimos 6.5 giga-toneladas de CO2, mientras que el resto de animales, con su respiración producen 150 giga-toneladas al año... Sin embargo, las cifras son muy distintas según Al Gore (conocido político ecologista), que afirma que producimos más de 20.000 giga-toneladas por año. Esta variabilidad en los datos dificulta el conocimiento de los hechos reales, ya que fuera de ciertos ambientes profesionales, es imposible comprobar estos datos.



Algo que muchos defienden, tengan la opinión que tengan sobre el cambio climático, es el principio de precaución, que respalda que se adopten medidas protectoras cuando no existe una certeza de las consecuencias de una acción.

Aunque existan, y sean respetables, todo tipo de opiniones sobre este tema, cada vez es más patente que el cambio climático es una realidad provocada por la especie humana, que se ha dedicado a maltratar a la madre naturaleza como si ello no tuviera consecuencias. Y ahora las estamos pagando. Y si no hacemos algo para evitarlo, condenará también nuestro futuro.

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