domingo, 11 de marzo de 2012

La diabetes E.4 T.4

La pandemia de este siglo no será la gripe A, ni la gripe aviar, ni ninguna enfermedad desconocida. Lo que mate a millones de personas en los próximos años no será algo que la ciencia no ha sido capaz de erradicar, sino por algo que se podría evitar (o reducir sus efectos) pero no lo hacemos porque somos lo suficientemente vagos como para que no nos importe enfermar de ello. 

La diabetes es una enfermedad que según publicó la OMS en el 2003, provoca una de cada 20 muertes en el mundo, estimándose que se duplicará el número de casos en los próximos 30 años (de 170 millones en el año 2000 a 370 millones en el 2030). 


Se podría decir que la causa de la diabetes sigue siendo desconocida. Aun así se reconocen factores genéticos y no genéticos que juegan un importante papel en la aparición de esta enfermedad. De los factores no genéticos que predisponen a la aparición de la diabetes cabe destacar la falta de ejercicio y la obesidad (sobretodo obesidad con gran cantidad de grasa abdominal). Por ello se dice que gran parte de los casos son evitables manteniendo una dieta saludable y haciendo algo de ejercicio pero, ¿cuántos estamos dispuestos a levantarnos del sofá para evitar la aparición de la diabetes?

Descripción de la enfermedad 

La diabetes se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre, provocado por una producción insuficiente de insulina, una hormona secretada por las células beta del páncreas; aunque la diabetes puede deberse a que la insulina no es aprovechada por el cuerpo.

La insulina es una hormona anabólica que permite disponer a las células del aporte necesario de glucosa para los procesos de síntesis con gasto de energía. De esta glucosa, mediante glucólisis y respiración celular se obtendrá la energía necesaria en forma de ATP. Es decir, permite a las células utilizar la glucosa en los procesos metabólicos. Sin ella, la glucosa no es aprovechada por el organismo y el metabolismo no es posible. 




Existen tres tipos de diabetes descritos por la OMS:

- Diabetes tipo 1 (autoinmune): se caracteriza por una destrucción completa de las células pancreáticas que producen la insulina, por lo que resulta vital la administración de la insulina a los pacientes. Es el tipo de diabetes más grave. Sólo se da en 1 de cada 20 enfermos de la enfermedad, aunque la enfermedad se manifiesta más comúnmente en niños y jóvenes de países occidentales.

- Diabetes tipo 2: el cuerpo produce insulina, pero o no produce la suficiente como para realizar la actividad vital; o debido al glucagón no puede aprovechar la que produce. Es el tipo de diabetes más común, y se cree que está estrechamente relacionado con la obesidad. Un alto porcentaje de los afectados con este tipo de diabetes no saben que la padecen.

- Diabetes gestacional: este tipo de diabetes sólo se da en mujeres embarazadas que, debido a la acción de las hormonas del embarazo, reducen la capacidad que poseen de producir o aprovechar la insulina, por lo que aumentan sus niveles de glucosa.


Un descontrol de los niveles de glucosa, llamados hipoglucemia e hiperglucemia (baja y alta concentración, respectivamente), de esta enfermedad puede provocar daños muy graves en el cuerpo, como son:

- Daños de los vasos sanguíneos o de los nervios.
- Pie diábetico, que debido a la mala circulación de la sangre puede necesitar ser amputado.
- Daños en las retinas, el hígado o los riñones, pudiendo éstos dejar de funcionar en casos graves.
- Enfermedades del corazón, por los altos niveles de glucosa.
- Coma diabético.


La diabetes es una enfermedad que no tiene cura, pero sí que se puede seguir un tratamiento que regule los niveles de glucosa, bien mediante la inyección de insulina, o mediante antidiabéticos orales, en los tipos más suaves de la enfermedad. Para ello se deben efectuar mediciones de la glucosa periódicamente, de forma que se pueda averiguar si es preciso inyectar insulina, y en qué cantidades.

Existen mecanismos para realizar este proceso automáticamente, como las bombas de insulina, que permiten al paciente mejorar su estilo de vida. Además, es necesario que los pacientes lleven una dieta sana, controlando en todo momento su alimentación, comiendo cada 3 o 4 horas, para evitar altas concentraciones de glucosa.

Como muchos estudios demuestran, la mayoría de los casos de diabetes actual están provocados por un estilo de vida incorrecto. Está en nuestra mano cambiar las estadísticas. Está en nuestras manos mejorar nuestra salud.

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