El SIDA es una enfermedad infecciosa producida por un virus, el denominado VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana, que pertenece a la familia de los retrovirus, que se caracterizan porque presenta sólo ARN en su material genético. Pero para conocer esta enfermedad hay que remontarse tiempo atrás en la historia moderna.
Se cree que el virus se desarrolló en humanos en África debido a que se consumía carne de monos infectados con la enfermedad. Poco después se dieron los primeros casos a mediados del siglo XX en el Congo y poco después en San Francisco. Fue allí donde se publicaron los datos de un misterioso brote de neumonía.
En San Francisco aparecieron 5 pacientes con un tipo de neumonía muy poco común; era raro, por lo tanto, que lo padecieran 5 hombres en una misma cuidad a la vez. Este brote de neumonía era típico de pacientes inmunodeprimidos, es decir, con las defensas muy bajas. Poco después se determinó que la enfermedad era causada por un nuevo virus de transmisión sexual, pues estos hombres se contagiaron manteniendo relaciones homosexuales. Pero después descubrieron que el contagio no se limitaba a la vía sexual, ya que aparecieron casos en drogodependientes que compartían jeringuillas, receptores de transfusiones de sangre y hemofílicos.
Poco después, en 1984, dos equipos de científicos identificaron el virus que causaba la enfermedad como el virus de la inmunodeficiencia humana, y de ahí derivó su nombre actual: SIDA (síndrome de la inmunodeficiencia adquirida).
Sin embargo existen una gran diferencia entre tener el virus (ser seropositivo) y padecer sida. El ser seropositivo implica que nuestro cuerpo ha fabricado defensas específicas contra el virus, y por tanto, el virus circula por el torrente sanguíneo. Sin embargo, el virus del VIH es de acción lenta y tarda mucho tiempo en mostrar síntomas de la enfermedad, es decir, el virus tarda en ganar la batalla a las defensas de nuestro organismo. Con el tiempo, si los pacientes no reciben tratamiento, el sida se desarrollará; aunque si tomamos la medicación adecuada, puede tardar muchos años en aparecer, o incluso no hacerlo.
Como ya dijimos antes, el VIH es un virus de la familia de los retrovirus. Es uno de los virus más pequeños que se conocen, pues mide entre 80 y 100 nanómetros. Mediante un complejo sistema, el virus ataca los linfocitos penetrando su superficie y contaminando el núcleo de la célula con su información genética y se reproduce rápidamente.
Síntomas
El sida comienza con una infección por VIH. Existe un periodo de incubación en el que una persona no muestra síntomas pero puede contagiar la enfermedad.
Cuando el sida progresa, lo hace lentamente. Los síntomas del sida suelen ser a causa de infecciones que sólo se desarrollan en un sistema inmunitario deprimido, o enfermo. Los síntomas comunes son:
- Escalofríos.
- Fiebre
- Sudores
- Ganglios linfáticos inflamados
- Debilidad y pérdida de peso.
No obstante, algunas personas manifiestan síntomas mucho antes de lo normal, a las 2 semanas del contagio, con fiebre, erupción cutánea y dolor de garganta.
Desgraciadamente, no existe una cura definitiva ni una vacuna para el sida. Sólo se puede tratar a los pacientes con retrovirales, medicamentos que retrasan la aparición de los síntomas y mejoran la calidad de vida de las personas seropositivas, además de tratar los síntomas cuando aparezcan.
Las investigaciones continúan en las áreas de tratamientos farmacológicos y desarrollo de una vacuna. Sin embargo, los medicamentos para el VIH no siempre están disponibles en los países en desarrollo, donde la mayor parte de la epidemia es incontenible.
Precisamente por la ausencia de vacunas, es de vital importancia el desarrollo de una educación sexual saludable, en la que se aconseje el uso de preservativos sobre otros métodos anticonceptivos, para evitar la exposición de personas sanas a la enfermedad. Además, es también importante mantener un cierto control sanitario, sobre todo en el Tercer Mundo, donde se usan varias veces las jeringuillas o las transfusiones de sangre proceden de pacientes seropositivos. Podemos hacer algo para evitar tantas muertes por culpa de esta enfermedad, que cada día destruye vidas humanas.
Un artículo bastante bueno.
ResponderEliminarHas mejorado mucho.