lunes, 30 de enero de 2012

NZT, la pastillita que proporciona el 100% de la capacidad cerebral.

Para resumir la última película de Bradley Cooper, "Sin limites", podríamos decir que es un gran anuncio donde se promociona maravillosamente las magníficas posibilidades que te ofrece el NZT.
NZT es el nombre que dan a esta maravillosa pastillita transparente que hace que de repente te despiertes y puedas ejercitar el 100% del potencial de tu cerebro.
"Sin límites" se queda en la simple anécdota de un tío que pasa de llevar una vida mediocre y sin futuro a convertirse en el hombre más listo y poderoso de la tierra. Eso sí, mostrado de una forma muy entretenida y fascinadora. Así pues, creo que "Sin limites" más que plantear el dilema de si te tomarías o no la pastilla, te plantea qué harías tu con todo ese potencial si lo tuvieras. 

Enfermedades: VIH y SIDA T.3 E.3

A lo largo de toda la historia han existido enfermedades que han causado millones de muertes a grandes poblaciones. Hace 700 años, la peste negra era la pandemia más extendida, hace 100 años lo fue la gripe española, y actualmente, lo es el SIDA. Según datos de la OMS, el sida ha infectado a más de 60 millones de personas y ha matado a 25 millones.

El SIDA es una enfermedad infecciosa producida por un virus, el denominado VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana, que pertenece a la familia de los retrovirus, que se caracterizan porque presenta sólo ARN en su material genético. Pero para conocer esta enfermedad hay que remontarse tiempo atrás en la historia moderna.



Se cree que el virus se desarrolló en humanos en África debido a que se consumía carne de monos infectados con la enfermedad. Poco después se dieron los primeros casos a mediados del siglo XX en el Congo y poco después en San Francisco. Fue allí donde se publicaron los datos de un misterioso brote  de neumonía.

En San Francisco aparecieron 5 pacientes con un tipo de neumonía muy poco común; era raro, por lo tanto, que lo padecieran 5 hombres en una misma cuidad a la vez. Este brote de neumonía era típico de pacientes inmunodeprimidos, es decir, con las defensas muy bajas. Poco después se determinó que la enfermedad era causada por un nuevo virus de transmisión sexual, pues estos hombres se contagiaron manteniendo relaciones homosexuales. Pero después descubrieron que el contagio no se limitaba a la vía sexual, ya que aparecieron casos en drogodependientes que compartían jeringuillas, receptores de transfusiones de sangre y hemofílicos.


Poco después, en 1984, dos equipos de científicos identificaron el virus que causaba la enfermedad como el virus de la inmunodeficiencia humana, y de ahí derivó su nombre actual: SIDA (síndrome de la inmunodeficiencia adquirida).



Sin embargo existen una gran diferencia entre tener el virus (ser seropositivo) y padecer sida. El ser seropositivo implica que nuestro cuerpo ha fabricado defensas específicas contra el virus, y por tanto, el virus circula por el torrente sanguíneo. Sin embargo, el virus del VIH es de acción lenta y tarda mucho tiempo en mostrar síntomas de la enfermedad, es decir, el virus tarda en ganar la batalla a las defensas de nuestro organismo. Con el tiempo, si los pacientes no reciben tratamiento, el sida se desarrollará; aunque si tomamos la medicación adecuada, puede tardar muchos años en aparecer, o incluso no hacerlo.

Como ya dijimos antes, el VIH es un virus de la familia de los retrovirus. Es uno de los virus más pequeños que se conocen, pues mide entre 80 y 100 nanómetros. Mediante un complejo sistema, el virus ataca los linfocitos penetrando su superficie y contaminando el núcleo de la célula con su información genética y se reproduce rápidamente.

Síntomas

El sida comienza con una infección por VIH. Existe un periodo de incubación en el que una persona no muestra síntomas pero puede contagiar la enfermedad. 
Cuando el sida progresa, lo hace lentamente. Los síntomas del sida suelen ser a causa de infecciones que sólo se desarrollan en un sistema inmunitario deprimido, o enfermo. Los síntomas comunes son:
- Escalofríos.
- Fiebre
- Sudores
- Ganglios linfáticos inflamados
- Debilidad y pérdida de peso.
No obstante, algunas personas manifiestan síntomas mucho antes de lo normal, a las 2 semanas del contagio, con fiebre, erupción cutánea y dolor de garganta.



Desgraciadamente, no existe una cura definitiva ni una vacuna para el sida. Sólo se puede tratar a los pacientes con retrovirales, medicamentos que retrasan la aparición de los síntomas y mejoran la calidad de vida de las personas seropositivas, además de tratar los síntomas cuando aparezcan.

Las investigaciones continúan en las áreas de tratamientos farmacológicos y desarrollo de una vacuna. Sin embargo, los medicamentos para el VIH no siempre están disponibles en los países en desarrollo, donde la mayor parte de la epidemia es incontenible.

Precisamente por la ausencia de vacunas, es de vital importancia el desarrollo de una educación sexual saludable, en la que se aconseje el uso de preservativos sobre otros métodos anticonceptivos, para evitar la exposición de personas sanas a la enfermedad. Además, es también importante mantener un cierto control sanitario, sobre todo en el Tercer Mundo, donde se usan varias veces las jeringuillas o las transfusiones de sangre proceden de pacientes seropositivos. Podemos hacer algo para evitar tantas muertes por culpa de esta enfermedad, que cada día destruye vidas humanas.


En la foto, Freddie Mercury, cantante de Queen, que falleció a causa del VIH en 1991.

domingo, 29 de enero de 2012

Antibióticos, Fleming y la penicilina T.3 E.2

La historia de la ciencia moderna está repleta de descubrimientos que han beneficiado a la humanidad, pero pocos han salvado tantas vidas como los antibióticos. Pero antes de empezar, pongámonos en situación.


Hace 100 años, las enfermedades infecciosas eran la principal causa de muerte en todo el mundo. Enfermedades como la tuberculosis, el cólera, la neumonía, la gonorrea o la viruela mataban a millones de personas todos los años. En la guerra, la principal causa de muerte no eran las balas ni las bombas, eran las infecciones provocadas por las heridas en combate y la septicemia (una infección grave que se extiende por todo el cuerpo), además de la sífilis que contraían los soldados frecuentemente. Miles de personas sufrían amputaciones de brazos y piernas por rasguños, agravados por infecciones que provocaban gangrena.


Todos los investigadores del mundo se afanaban por encontrar la cura a estas enfermedades, pero sin dañar al paciente con algún efecto secundario, lo que algunos denominaban las "balas mágicas".


Pero los primeros en encontrar una cura para estas enfermedades no fueron los médicos europeos modernos. Hace 1000 años, el médico y filósofo Avicenas ya recomendaba que algunas heridas infectadas fueran frotadas con moho, ya que en algunos casos los pacientes experimentaban mejoría; aunque obviamente no sabía el por qué de esta reacción.




A principios del siglo XX, un médico alemán llamado Paul Ehrlich desarrolló una sustancia parecida al arsénico para tratar a enfermos de sífilis, pero producía graves efectos secundarios. Seguían sin encontrarse las balas mágicas.


No obstante, la historia de la medicina cambió un día en el que un médico de Londres, Alexander Fleming, rebuscaba entre cientos de placas Petri en busca de información para escribir un artículo. Fleming encontró una placa en la que había cultivado estafilococos áureos, y observó que había crecido un moho, el Penicillium notatum, en la placa. Antes de tirarla, el médico observó que alrededor del hongo las bacterias habían desaparecido. Algo que otros habrían pasado por alto, él se fijó en ello.




Fleming ya tenía experiencia observando lo que nadie observaba. Unos años atrás, un excombatiente enfermo estornudó sobre una placa Petri en la que crecía un cultivo bacteriano. Unos días más tarde notó que las bacterias habían sido destruidas en el lugar donde se había depositado el fluido nasal. Así, Fleming descubrió la lisozima, un enzima reparadora presente en diversas secreciones humanas como la saliva (por esta razón, cuando nos hacemos un rasguño en el dedo, por ejemplo, instintivamente nos llevamos el dedo a la boca). 


Cuando Fleming observó la placa con el moho, dedujo que éste producía una sustancia que mataba los estafilococos. Poco después, publicó un artículo exponiendo sus resultados en el British Journal of Experimental Pathology. Sin embargo, las cantidades de esa sustancia eran demasiado pequeñas como para curar a un ser humano.




Unos años después, un grupo de químicos liderados por Florey y Chain rescató este descubrimiento ya olvidado y comenzó a sintetizar esta sustancia llamada penicilina. El equipo comenzó con una liofilización (proceso por el cual se congela una masa acuosa y luego se somete al vacío) y obtuvo un polvo de color oscuro, formado por penicilina y algunas impurezas. Tras esto, decidió disolverlo en metanol y así disolvió la mayoría de las impurezas y volvió a someter el producto a otra liofilización, de manera que se obtenía un producto parcialmente purificado.


Tras realizar ensayos con ratones, se demostró que la penicilina mataba las bacterias y dejaba intacto al paciente. Así lo comprobó Fleming con un amigo íntimo que agonizaba por una infección. El médico, en una medida desesperada, inyectó la sustancia, aún sin testar, en la médula del paciente. A los pocos días, el amigo de Fleming estaba completamente recuperado.


Tras los ensayos clínicos, lo único que faltaba era producir cantidades suficientes de penicilina para curar a todo el mundo. La máxima cantidad que se había sintetizado eran apenas unos miligramos. Mediante una variedad del moho Penicillium más prolífica, cultivaron la penicilina en tanques y obtuvieron toneladas de penicilina. 



Este invento fue aclamado por los medios la comunidad científica y la población. Parecía un milagro que existiese una sustancia que curaba a enfermos agonizantes de neumonía o sífilis sin dejar rastro en el paciente. Fleming, junto a Florey y Chain, fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1945 por salvar millones de vidas humanas con su trabajo. A día de hoy, Alexander Fleming es la persona que más vidas ha salvado y sigue salvando día tras día.

domingo, 22 de enero de 2012

Factores que determinan la salud T.3 E.1

En este tema estudiaremos los factores de la salud que intervienen en el desarrollo de la vida de los seres humanos dependiendo de elementos tales como: las características genéticas, los hábitos, el entorno y el sistema sanitario.

Comparando ambos estilos de vida es fácil deducir quien tiene más posibilidades de sobrevivir, ya que la chica nacida en España, Natalia, dispone de más recursos de todo tipo para salir adelante, principalmente en sanidad y educación; mientras que Shani, nacida en Angola, carece de medios para llevar una buena calidad de vida.

Natalia tiene a su alcance todos los recursos sanitarios que se pueden encontrar en la actualidad: dispone de todas las vacunas conocidas, un buen sistema sanitario, con instrumental y personal adecuado para casi todos las enfermedades que pueda sufrir a lo largo de su vida.

Mientras que Natalia dispone de todo lo que necesita, Shani dispone de una sanidad precaria, ineficiente y desactualizada. Este sistema sanitario no posee ni médicos suficientes ni dinero para pagar un instrumental adecuado, con el que realizar operaciones o pruebas.



Aunque parezca increíble, África es el continente más rico del mundo. Dispone de muchísimos recursos, tales como petróleo, diamantes... que no poseen otros continentes, incluido Europa. Sin embargo, estos materiales están desaprovechados, sin explotar, pues ya sea debido a las continuas guerras o a la mala gestión desde tiempos coloniales, África casi no dispone de industrias para tratar estos materiales y venderlos, por lo que debe vender las materias primas a otros países a precios muy bajos para poder sacar algo de dinero. Además, el poco dinero que obtienen se lo quedan los gobernantes, mientras que el resto de la población vive sumida en la pobreza.

Esta situación política desemboca en una mala gestión administrativa del dinero público. La sanidad y la educación son más que deficientes y la población se muere de hambre mientras que algunos se enriquecen por esta situación.

Otro de los factores de la salud son los hábitos. En una sociedad desarrollada existen costumbres beneficiosas e insalubres. En España disponemos de una alimentación variada, un control sanitario, como revisiones y chequeos periódicos. Sin embargo, en el primer mundo también tenemos hábitos poco saludables, como el sedentarismo, el alcohol y el tabaco.

En el tercer mundo existen algunas costumbres beneficiosas, como una mayor actividad física. Sin embargo, los hábitos allí son principalmente negativos para la salud, como la alimentación, que no cubre todas las necesidades nutricionales. 

En el entorno, nuestras condiciones de vida son mucho mejores, pero tenemos un problema que en el tercer mundo no tienen: la contaminación, que ocasiona problemas de salud a multitud de personas.

Las características genéticas no dependen del país en el que vivas, sino de la herencia genética de los antepasados. Por ejemplo, una persona nacida en España, pero con un largo historial de enfermedades genéticas, como el cáncer, tiene menos posibilidades de sobrevivir que una persona nacida en Angola sin antecedentes familiares de enfermedades hereditarias.


"Cuando un pobre te pida comida, no le des pescado, enséñale a pescar"